A pocos días del Cónclave, ceremonia donde se elegirá al nuevo Pontífice, mucho se ha especulado acerca del destino del sucesor de Juan Pablo II.
Los que siguen todas las noticias desde el fallecimiento de Su Santidad, han oído que hace muchísimo tiempo – muchos siglos atrás- existió un arzobispo que se llamaba Malaquías, San Malaquías. Según algunos estudiosos del tema, San Malaquías predijo cada uno de los Papas que han sido cabeza de la iglesia a través de los años, desde Celestino II en el año 1143 hasta, según algunos, los dos siguientes a Karol Wojtyla.
Dos siguientes? Se preguntarán algunos....pues si. Según este arzobispo y otros videntes de renombre, incluyendo Nostradamus, después de Juan Pablo II, sólo quedará sitio para dos Papas más, el último de los cuales, Pedro Romano, será el que vendrá con el fin del mundo. Sin embargo, “Los estudiosos aclaran que muchos interpretan esto como si llegara el fin del mundo, mientras otros interpretan que lo que sigue es el fin de la dinastía Papal y el comienzo de otra era dentro del Vaticano”[1].
También se dice que el sucesor del Papa será asesinado y su muerte desencadenará una invasión musulmana a occidente, que su sucesor temerá por su vida y que “tras su huida él se radicará en Avignon (Francia) y otro pontífice asumirá en Italia, con lo que la Iglesia Católica quedará dividida en dos”[2].
Muchos católicos se basan en la fe para adoptar este tipo de creencias que lo único que hacen es alimentar el temor de las personas. Yo estoy de acuerdo con los estudiosos que dicen que no será el fin del mundo, simplemente será el fin de una era, el fin de una etapa que se puede tomar de manera personal y que como todo cambio al principio será difícil adaptarse, pero puede ser para mejorar.
La verdad es tan subjetiva, que cada uno interpreta las cosas a su manera, cada uno ve lo que quiere ver. Por eso no hay que preocuparse ni por el fin del mundo, ni por la supuesta llegada del anticristo, ni por todas esas profecías que dicen haber tenido los religiosos y científicos de otras épocas. Lo único que nos debe preocupar es el hoy, el presente, y empezar a labrarnos un futuro que sin necesidad de ser profetizado, podremos saber lo que nos esperará más adelante si hacemos las cosas bien.
[1] http://portal.montevideo.com.uy/newsportal/HNoticia_16993.html
[2] http://www.univision.com/content/content.jhtml?cid=583942
Los que siguen todas las noticias desde el fallecimiento de Su Santidad, han oído que hace muchísimo tiempo – muchos siglos atrás- existió un arzobispo que se llamaba Malaquías, San Malaquías. Según algunos estudiosos del tema, San Malaquías predijo cada uno de los Papas que han sido cabeza de la iglesia a través de los años, desde Celestino II en el año 1143 hasta, según algunos, los dos siguientes a Karol Wojtyla.
Dos siguientes? Se preguntarán algunos....pues si. Según este arzobispo y otros videntes de renombre, incluyendo Nostradamus, después de Juan Pablo II, sólo quedará sitio para dos Papas más, el último de los cuales, Pedro Romano, será el que vendrá con el fin del mundo. Sin embargo, “Los estudiosos aclaran que muchos interpretan esto como si llegara el fin del mundo, mientras otros interpretan que lo que sigue es el fin de la dinastía Papal y el comienzo de otra era dentro del Vaticano”[1].
También se dice que el sucesor del Papa será asesinado y su muerte desencadenará una invasión musulmana a occidente, que su sucesor temerá por su vida y que “tras su huida él se radicará en Avignon (Francia) y otro pontífice asumirá en Italia, con lo que la Iglesia Católica quedará dividida en dos”[2].
Muchos católicos se basan en la fe para adoptar este tipo de creencias que lo único que hacen es alimentar el temor de las personas. Yo estoy de acuerdo con los estudiosos que dicen que no será el fin del mundo, simplemente será el fin de una era, el fin de una etapa que se puede tomar de manera personal y que como todo cambio al principio será difícil adaptarse, pero puede ser para mejorar.
La verdad es tan subjetiva, que cada uno interpreta las cosas a su manera, cada uno ve lo que quiere ver. Por eso no hay que preocuparse ni por el fin del mundo, ni por la supuesta llegada del anticristo, ni por todas esas profecías que dicen haber tenido los religiosos y científicos de otras épocas. Lo único que nos debe preocupar es el hoy, el presente, y empezar a labrarnos un futuro que sin necesidad de ser profetizado, podremos saber lo que nos esperará más adelante si hacemos las cosas bien.
[1] http://portal.montevideo.com.uy/newsportal/HNoticia_16993.html
[2] http://www.univision.com/content/content.jhtml?cid=583942
