Bueno…hasta que por fin. La legalización del aborto siempre ha sido un tema álgido y difícil de tratar, pero es necesario, en mi opinión, pues trata del libre desarrollo tanto físico como mental de una mujer.
Como escribí en un artículo pasado, no quiero que me mal interpreten: yo estoy absolutamente en contra del aborto. Sin embargo, me alegra que la Corte Constitucional lo haya despenalizado, pues así la madre podrá tener más garantías de salvar su vida por una decisión que no debe de ser nada fácil.
Desde que salio el fallo, hace ya algo más de una semana, me he puesto a pensar en muchas cosas, entre ellas que sería una decisión difícil para mi, sobre todo por los casos en los que se permite: Por violación, es complicado, porque el bebé no tiene la culpa de semejante desgracia y si se tiene las posibilidades de cuidarlo, porque no; por malformaciones del feto…ahí lo pensaría…pues es complicado traer al mundo a una criatura con alguna deficiencia, ya sea física o mental, a este mundo, cuando el sistema de salud del país cada día esta peor, y si la vida de la madre está en peligro…pues…
El caso es que ahora, las madres que tomen esta decisión, que por cierto tienen todo el derecho, ahora lo podrán hacer en clínicas y hospitales con todas las normas de higiene, con todos los requisitos y por supuesto con la previa aprobación del médico que la tendrían que practicar.
Aunque repito…YO ESTOY EN CONTRA DE ESTA PRACTICA, el hecho de hacerla ilegal era coartar la libertad de manejar su cuerpo para una mujer. Dios nos dio libre albedrío y sean cuales sean nuestras decisiones, hay que respetarlas.
No estoy de acuerdo con algunos sacerdotes que dicen que los médicos que hagan esas intervenciones, así como las mujeres que se lo practiquen, serán excomulgados, pues así como la Biblia dice “no juzguéis o seréis juzgados”, lo primero que hacen es juzgar a todas esas mujeres que lo hacen por distintas razones. Nadie entiende el cuerpo de una mujer como ella misma, así que todo esto me parece injusto.
Creo que Mónica Roa ha hecho una buena labor, pues le ha vuelto a otorgar a las mujeres el derecho de ser libres y de hacer lo que quieran con su cuerpo. Ya que lo que hagan es cuestión de cada quien.
Como escribí en un artículo pasado, no quiero que me mal interpreten: yo estoy absolutamente en contra del aborto. Sin embargo, me alegra que la Corte Constitucional lo haya despenalizado, pues así la madre podrá tener más garantías de salvar su vida por una decisión que no debe de ser nada fácil.
Desde que salio el fallo, hace ya algo más de una semana, me he puesto a pensar en muchas cosas, entre ellas que sería una decisión difícil para mi, sobre todo por los casos en los que se permite: Por violación, es complicado, porque el bebé no tiene la culpa de semejante desgracia y si se tiene las posibilidades de cuidarlo, porque no; por malformaciones del feto…ahí lo pensaría…pues es complicado traer al mundo a una criatura con alguna deficiencia, ya sea física o mental, a este mundo, cuando el sistema de salud del país cada día esta peor, y si la vida de la madre está en peligro…pues…
El caso es que ahora, las madres que tomen esta decisión, que por cierto tienen todo el derecho, ahora lo podrán hacer en clínicas y hospitales con todas las normas de higiene, con todos los requisitos y por supuesto con la previa aprobación del médico que la tendrían que practicar.
Aunque repito…YO ESTOY EN CONTRA DE ESTA PRACTICA, el hecho de hacerla ilegal era coartar la libertad de manejar su cuerpo para una mujer. Dios nos dio libre albedrío y sean cuales sean nuestras decisiones, hay que respetarlas.
No estoy de acuerdo con algunos sacerdotes que dicen que los médicos que hagan esas intervenciones, así como las mujeres que se lo practiquen, serán excomulgados, pues así como la Biblia dice “no juzguéis o seréis juzgados”, lo primero que hacen es juzgar a todas esas mujeres que lo hacen por distintas razones. Nadie entiende el cuerpo de una mujer como ella misma, así que todo esto me parece injusto.
Creo que Mónica Roa ha hecho una buena labor, pues le ha vuelto a otorgar a las mujeres el derecho de ser libres y de hacer lo que quieran con su cuerpo. Ya que lo que hagan es cuestión de cada quien.
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